Alimentos orgánicos vs. alimentos estéticos II

Continuando con la cuestión de los alimentos planteada en la entrada anterior, vamos a seguir comentando lo ya citado sobre el programa de Cuatro y los temas de los que en él se hablan.

Como ya vimos en la entrada anterior, los casos de las manzanas y de los pollos no son los únicos casos comunes que podemos encontrar, sino que también se nos presentan el caso del arroz, las patatas fritas y la comida precocinada.

El arroz es un cereal muy consumido a nivel mundial, sobre todo en países que nosotros llamaríamos "tercermundistas". Pues bien, precisamente en estos países, en concreto en India según "En el punto de mira", los cultivos de arroz son regados con agua rica en arsénico, una sustancia química perjudicial para el ser humano que, al ingerir gran cantidad de este arroz, puede provocar manchas en la piel que anuncian daños en órganos internos, seguido de la muerte.


Es un hecho que, hoy en día, el arroz cultivado en todo el mundo posee una cierta cantidad de arsénico que no es perjudicial para la salud si no se sobrepasa una cierta cantidad, es decir, si se emplean controles que aseguren la calidad del arroz, así como se le proporcione al consumidor información sobre el sitio donde ese arroz que va a comprar ha sido cultivado. Sin embargo, las empresas no están obligadas a proporcionarnos esa información, por lo que podemos estar comprando un paquete de arroz con cantidades ingentes de arsénico teniendo otro al lado que tiene las mínimas permitidas.

Otro alimento que también está expuesto a sustancias tóxicas es la patata. Es también un alimento muy común en todo el mundo y, a su vez, también es muy común no saber cuándo no es demasiado recomendable tomarla, sino que nos parece una opción mejor.

Estoy hablando de las patatas fritas, cuando tienen ese aspecto dorado o muy quemado que tanto gusta, pero que no es tan bueno como parece, ya que el estar tan tostadas significa que han sido fritas en un aceite a altas temperaturas. Este proceso genera acrilamida, una sustancia perjudicial que también se encuentra en el pan tostado o en el maíz.

De nuevo os pongo dos fotos: a la izquierda unas patatas fritas sacadas de Internet, y a la derecha unas patatas que he cogido de mi casa. No hace falta decir en qué se diferencian ni cuál será la mejor opción a la hora de tomar un aperitivo.





                                           





Por último, nos centraremos en la comida precocinada que normalmente va acompañada
de un envase de plástico. Dejando a un lado lo que todo el mundo sabe a cerca de la comida precocinada, nos quedamos con el envase, ya que en el momento que decidimos darle un calentón en el microondas, estamos liberando F-talatos que, como ya os imagináis, también es perjudicial.

Espero que estas dos entradas hayan servido a la mayoría como información útil, porque también espero que el resto ya tuviera constancia de todo esto. Y, aunque estos sólo son algunos ejemplos de todos los posibles, espero que poco a poco podamos elegir qué alimentos llevamos a nuestras casas y en qué condiciones dejamos que nos los presenten.

Tenéis las páginas de interés (OMS, aecosan y efsa) en la entrada anterior, así como el enlace desde el que podréis ver el reportaje que me ha llevado a elaborar estas dos entradas y que recomiendo verdaderamente, ya que no dura mucho y nos hace ver que no es oro todo lo que reluce.

¡Nos vemos pronto!

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